Una mañana llegó la ya famosa Hada madrina, salvadora de todos los cuentos. Recorrió con enorme sigilo todo el palacio, y escudriñó cada sueño de los campesinos.Corrió en busca de la princesa, que no hallaba consuelo en sus lujosos caprichos. La diminuta libélula comenzó a revolotear a su alrededor mostrando un tremendo enfado:
- ¿Y dices llorar porque no hay príncipe que te aguante?-
- Necesito un compañero en el que apoyarme, que me guíe y me valore, que me haga sentir única- Contestó la princesa entre sollozos.
- ¡Eres una estúpida!- gritó el puntito de luz con rabia- Tienes todas tus habitaciones cubiertas de polvo de desesperación, se acumulan en tu cocina las inseguridades, tu pueblo tiene miedo del miedo y tus aposentos son mares de dudas, ¿cómo pretendes encontrar a alguien que arregle este caos?-
La princesa paró de llorar y miró a la diminuta Hada con rabia, ansiosa por escuchar aquello que nadie quiere oír.
- Saca fuera tu basura, cuida con mimo cada rincón, conoce cada recoveco. Ama a tu reino, te basta con eso. Quiérete porque quizás no hay un mañana...adórate porque tú siempre permaneces...y tal vez, un día, puedas hacerle el favor a alguien de cederle tu silla y permitirle acompañarte....-
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